jueves, 30 de agosto de 2007

Historias de Emprendedores & Emprendimientos


Las puntadas del sastre, con estilo argentino
  • El empresario textil Juan José Bertolino empieza a desandar el camino de su padre, un sastre porteño que, a mediados del 1900, no bien aprendió su oficio, buscó la tranquilidad de la ciudad cordobesa de Villa María para practicar su arte de vestir con clase a los varones de entonces.
  • En 2002, la experiencia de haber trabajado desde los 17 años en la sastrería familiar impulsó a Bertolino a fundar una marca de ropa para hombres, Pato Pampa, que se consigue en tiendas de todo el país y que desde ahora se exhibe en un showroom en Palermo Soho, en Capital Federal.
  • Empezó con 5000 camisas, que vendía en la capital cordobesa y en el interior de esa provincia; en la última temporada comercializó unas 60.000 prendas y facturó más de 3 millones de pesos. El emprendedor cree que lo mejor está por venir: ahora que se luce en una de las vidrieras del mundo, espera multiplicar varias veces su producción y ya diseña una estrategia de exportación de sus camisas, pantalones, camperas y sacos.
  • Pidió dinero a un amigo, que se transformó en socio capitalista, y empezó con las pruebas de lo que hoy es Pato Pampa. No fueron tiempos fáciles: por un lado, había que encontrar el nombre; por otro, desarrollar las prendas y encontrar las fábricas donde producir. En el verano de 2003, Bertolino contactó y puso en marcha un taller textil recuperado por 36 obreras del conurbano. "Era una fábrica abandonada, unas máquinas paradas metidas en un galpón", recuerda. "Ni una camisa tenían para hacer las obreras. Hoy trabajan a full".
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