lunes, 20 de octubre de 2008

Es más fácil armar una gran empresa que un pequeño comercio

del blog de Santiago Bilinkis, espero que les sea útil.

Es más fácil armar una gran empresa que un pequeño comercio. Porque la amenaza es pegársela contra el piso. Cuanto más alto, mejor.

Entonces la pregunta no pasa por por qué apuntar alto, sino cómo hacerlo. Aquí siguen algunas ideas al respecto:

1) Apuntar alto: Esto puede sonar a verdad de perogrullo, pero la primera condición para volar alto es apuntar alto. La mayoría de las empresas que llegaron a ser grandes lo lograron porque sus fundadores quisieron que sean grandes. No estoy diciendo acá, a lo Paulo Coelho, que con desearlo basta para que ocurra. Sí digo que si el emprendedor no quiere con pasión que su empresa sea grande, difícilmente lo sea.

2) Hacer las cosas escalables: Muchas veces en las etapas tempranas de una empresa, la solución “casera” que puede sacarnos del paso es tentadora. Pero desde el diseño inicial en un plan de negocios hasta los pasos concretos del startup, todas las decisiones que tomamos tienen que pasar por “el filtro de la escalabilidad”: estos procesos que estoy armando, sirven para cuando tenga 5 veces el volumen de hoy? Y 20 veces? A veces la respuesta temporaria puede ser no, pero eso basta como luz amarilla de que estamos conviviendo a sabiendas con un problema.

3) Saber qué significa ‘alto’ para cada uno: No hay una definición unívoca de qué significa ‘alto’. Para cada persona hay una altura diferente que es baja y confortable y otra que nos intimida. De lo que se trata es de apuntar arriba. De salir de la zona de comfort, tolerando la incertidumbre de exponernos a la altitud.

4) Doblar te hace perder altura: En el parapente, cada vez que doblás, perdés altura. En los negocios también. Y sin embargo, a veces hay que doblar! Es fundamental en este camino, saber cuándo hay que mantener el rumbo sin asustarse y cuál es el momento de sacrificar algunos metros de altura para corregir la dirección y no dar de lleno contra una línea de alta tensión.

5) Saber delegar: El que vuela es el parapente, no vos! Es mejor dejarle la sustentación a él y limitarte a ir colgado manejando los comandos que esperar hacer todo vos, hasta lo que le toca a él. En el mundo del emprendimienton está lleno de empresas que son tan grandes (o mejor dicho, tan pequeñas) como su fundador. No importa cuan talentodo sea, toda empresa que tenga la escala de su fundador es pequeña. Aprender que el secreto es atraer a otros y darles autonomía y responsabilidad es central a poder volar alto.

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